viernes, 16 de marzo de 2007

"no es ni Dios, ni gusano"


No era color pus, era algo así más como tirando a semen. La textura era parecida, pringosa y pegajosa, y el sabor...

¿El sabor?

El sabor era dulce, también.

Lo has probado. Ambas cosas. Joder.

Ambas cosas, sí. Y me gustaron. Ambas. ¿Y bien?

Y bien nada, continúa.

De acuerdo, sigo. La forma en que escupía todo aquello no era..., digamos, apresurada, ni nerviosa. El vómito, la eyaculación o como quieras llamarlo, era pausado y armonioso. Era más como si estuviera... pariendo.

¿Pariendo?

Eso he dicho. Por el restro de sus poros rezumaba algo, como acuoso, cuyo color iba desde el gris depresión al azul cielo de manera ordenada, de modo que más que un color diferente parecían el mismo con diferentes brillos, o mirados desde ópticas distintas.

¿Y su sabor?

No pude probarlo.

Si pretendes convencerme de que te dió asco, puedes irte a la mierda.

No pude probarlo, te repito. Para eso tenía que acercarme demasiado a la cabeza. Ya te he dicho antes que ni sus ojos ni sus extremidades me alcanzaban allí donde yo estaba, entre su ano y... lo que fuera.

Quizás era hermafrodita o...

Ni idea, pero pude sentir cierto erotismo en todo aquello...

Estás enferma. ¿Lo sabías?

Nada nuevo bajo el Sol, ya sabes. Y, continúo, empecé a acariciarla... acariciarlo..., bueno, como sea. Empecé a tocarle... ahí.

¿Ahí?

Empecé a...

¿Empezaste a masturbar a un moco gigante de color magenta, con múltiples antenas verdosas, varios ojos negros y pequeños y que escupía algo cuya textura te recordaba al esperma humano?

Eso creo.

Guau.

Debía tener clítoris, o algo parecido, ¿sabes? Imaginé que era yo misma, alternando la escena mental con alguna sobre mis amigas del instituto y, en fin, no es que aquello tuviera el mismo aspecto, si te soy sincera, ahora lo veo bastante asqueroso, pero me sirvió para hacerlo..., bastante bien, creo.

...

Comenzó a emitir así como... gemidos, jadeos, ...y vibraba.

Así que vibraba.

Sí, joder, vibraba. Y las secreciones empezaron a brotar con más fuerza, y todo se tornó más y más caótico, y el orden, la tranquilidad que previamente habían estado allí presentes, teniéndome como testigo, devinieron en desorden, y su piel magenta adquirió diversos tonos antes de...

¿Antes de qué?

Antes de que naciera. Y nació.

¿Na... nació?

Sí, nació. La criatura más extraña que jamás vi.

¿El qué?

El universo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Plooooooop